Autoempleo vs escalabilidad

Cuando un emprendedor intenta obtener capital de inversores, una de las preguntas más recurrentes y difíciles de demostrar es la escalabilidad del proyecto. 

Lo más importante aquí es definir el término escalable, tu empresa puede crecer y convertirse en la fuente de ingresos de tu familia y gente cercana, incluso emplear a varias decenas de trabajadores. Sin embargo, esto no quiere decir que sea una buena oportunidad para un inversor que entre en el capital de la empresa, por lo tanto para él no es “escalable”.

Por ejemplo, una consultora rara vez será un proyecto escalable para un inversor que sólo pretenda invertir en el capital, y por supuesto sacar un múltiplo de su inversión en el futuro. Eso no quiere decir que una consultora no pueda convertirse en una empresa enorme que genere mucho dinero y trabajo.

En cualquier empresa en la que tu ofrezcas un servicio personal directo, rara vez tendrá sentido la entrada de un inversor capitalista, definiendo este como el inversor que mete dinero en la empresa esperando obtener una rentabilidad del capital a futuro, pero sin realizar ningún trabajo ni prestar ningún servicio a la empresa. ¿Por qué ocurre esto? Bueno en este caso porque una venta de la compañía a un tercero es compleja, el activo de la empresa es el equipo, no hay “nada” por debajo que pueda funcionar sin ellos. Los sueldos de los consultores son altos, pero los márgenes de la empresa no lo suelen ser, y si el equipo se va no queda nada.

Lo que define si un proyecto es escalable para un inversor, es si lo que se construye y se queda como propiedad de la empresa se puede hacer crecer para llegar a mucha más gente, incluso si el emprendedor se va o si la empresa cambia de dueño.

La linea no está siempre clara. Por ejemplo, eres un crack cocinando y te quieres montar un restaurante. Vas a trabajar en la cocina personalmente para ofrecer una experiencia increíble. En este caso no tienes un proyecto escalable, todo el valor depende de ti. Puede que sea un negocio muy rentable para ti y tu familia, incluso puede que abras varios restaurantes, a pesar de que tengas que trabajar 20 horas al día, pero el encaje con un inversor capitalista va a ser complicado. Van a surgir conflictos entre el emprendedor, que querrá un sueldo mayor porque el realiza todo el trabajo y el inversor que ha puesto dinero pero no ve un retorno. El problema es que los intereses están desalineados, el emprendedor quiere sueldo y el inversor dividendos, y esto ocurre porque ambos saben que no es posible vender la empresa a un tercero ya que el éxito depende del trabajo continuo del emprendedor. En esta situación, una vez realizada la inversión, el emprendedor tiene la “sartén por el mango”, sabe que si se va puede montarse otro restaurante del que será dueño del 100%. Por esta razón, un inversor con experiencia rara vez invertirá en un proyecto de este tipo.

Sin embargo, si le das una vuelta al modelo y diseñas un sistema para que otras personas puedan encargarse de las cocinas, creas procesos y políticas para que el trato al cliente y la experiencia se puedan replicar, ya tienes un modelo escalable. Con este formato la experiencia ya no depende de una persona, si no que es la empresa quién la controla y es dueña. Con mucho trabajo puedes llegar a replicar tu restaurante decenas e incluso cientos de veces. En este caso las fuerzas están algo más equilibradas entre inversores y emprendedores, ya que la dependencia del trabajo de estos últimos no es absoluta.

Entonces, ¿cuál es la línea que divide a un proyecto invertible de uno que no lo es? En mi opinión es la alineación de intereses. Si el emprendedor está pensando en que su sueldo va a ser la base de su remuneración, existirá un conflicto de interés. Este va a tender a maximizar su sueldo, en detrimento del crecimiento y la rentabilidad de la empresa. En cambio, en un proyecto escalable el emprendedor tiene  claro que la amplia mayoría de su remuneración se encuentra en el exit, por ejemplo vendiendo la empresa. En este caso inversores y emprendedores están en el mismo barco, el objetivo común es crear una empresa grande, que cree valor, y que se pueda vender por muchas veces el dinero que han invertido para crearlas, lo que se conoce como múltiplo.

De este potencial conflicto de interés viene la famosa frase que usan muchos inversores, “el emprendedor debe pasar hambre”. Si bien no estoy de acuerdo, ya que sin tener las necesidades básicas cubiertas es difícil centrarte en crear una empresa, hay que entender la lógica que hay detrás y no coger la frase por su sentido literal.

Con este artículo no quiero hacer ver que un tipo de empresa es mejor que otro. Por ejemplo Evergreen Oak no es un proyecto escalable tal y como está enfocado. Lo que intento es explicar en mi opinión cuáles son las diferencias, y por que es mala idea usar instrumentos de inversión enfocados a negocios escalables para proyectos que no lo son. Te va a ser difícil obtener el dinero y si lo consigues es probable que con el tiempo aparezcan problemas.

Tampoco quiero decir que sea más rentable un tipo de negocio que otro para un emprendedor, probablemente si hacemos la media sea mucho más rentable montar un autoempleo o una PYME que montar una startup, ya que con este último el fracaso está casi asegurado. Ahora, tampoco hay que ocultar que si tu startup sale bien (eres uno de esos outliers) la rentabilidad es potencialmente mucho más alta.

En futuros mails hablaremos mucho más en detalle sobre “productos” de inversión, y explicaremos los que son más adecuados para cada tipo de proyecto.

¿Crees que tu proyecto es escalable? Podemos tomarnos un café (virtual por supuesto) y nos lo cuentas.


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